Nota originalmente publicada en Diario El Comercio, de Ecuador.
Hubo una ceremonia especial. El entonces presidente Rafael Correa llegó a la Base de Taura (Guayas) y entregó 12 aviones supersónicos Cheetah, de origen sudafricano. Era febrero del 2012. El país pagó USD 78,3 millones por la flota. Ocho años después, solo dos de las naves se hallan operativas. Nueve están en tierra, en el interior de hangares, a la espera de mantenimiento. Una se accidentó en diciembre del 2017.
Este Diario accedió a informes en los que se detallan las necesidades de los equipos en mantenimiento: reparación de los sistemas electrónicos y de las válvulas de distribución eléctrica, reprogramación de las unidades de control automático de temperatura, adquisición de repuestos para los sistemas de eyección para los pilotos, arreglo del indicador de oxígeno frontal, entre otros.
En un informe, identificado con el código Ala21-2019-32, se señala que “ciertos equipos” de la flota de aeronaves “han llegado a su límite de vida”.
El contrato 2010-d-035, con el que se hizo la compra, ofrecía “tecnología de tercera generación, soporte logístico, entrenamiento y garantía de operación de 5 000 horas o cinco años de operación”, condiciones que ya se cumplieron.
Uno de los técnicos a cargo del mantenimiento habló con este Diario y dice que, durante los cinco años de vigencia del contrato, pudieron intervenir en los aviones con los conocimientos adquiridos en los cursos de capacitación, que fueron parte del entendimiento. Hoy no tienen los repuestos a disposición, ya que los modelos de los aviones están descontinuados, es decir, ya no se fabrican. Señala que hay “reparaciones mayores” que requieren de ayuda especializada.
En el informe de necesidad Ala21-2019-32, que detalla parte de los problemas de los Cheetah, se indica que los técnicos locales, a cargo del mantenimiento o reparaciones, tienen limitaciones para poner nuevamente en funcionamiento las aeronaves.
“El Escuadrón de Mantenimiento no tiene capacidad para realizar la reparación de los equipos de los diferentes sistemas de los GIIIB-Cheetah, pues no posee la documentación técnica habilitante, personal técnico calificado y certificado por parte de la casa fabricante”, indica el documento. En el Servicio de Contratación Pública (Sercop) están registrados 61 procesos contractuales para la compra de repuestos, neumáticos y accesorios; y contratos de servicios especializados, desde el 2015 hasta el 2019. El monto destinado para cubrir estas obligaciones fue de USD 10,1 millones. El ministro de Defensa, Oswaldo Jarrín, sostiene que actualmente dos de las 12 aeronaves sí están operativas.
Hizo una precisión sobre el resto: “No se los ha dado de baja” y están a la espera de piezas y repuestos que incluso “deben mandarse a fabricar”.
Añadió que “la prioridad en Ecuador”, en estos momentos, “no son los (aviones) supersónicos” y detalló una serie de adquisiciones que se concretaron, tras la elaboración del denominado Plan de Capacidades estratégicas conjuntas.
Ahí, por ejemplo, se identificó la necesidad de incorporar una flota de aviones entrenadores básicos del tipo Grob Aircraft G-120, para preparar a los nuevos pilotos de la FAE. También se concretó la compra de helicópteros multipropósito, que pueden servir para misiones de rescate y apoyo en operaciones en la frontera.
El Ministro indicó que cuando él asumió el cargo, en abril del 2018, la flota de los Cheetah ya esperaba mantenimiento y existían problemas para adquirir las piezas faltantes.
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