Las fuerzas especiales estadounidenses hicieron estallar un helicóptero militar MH-60 Black Hawk luego de un ataque en Siria que resultó en la muerte del líder de ISIS, Abu Ibrahim al-Hashimi al-Qurayshi, alegando que tenía "problemas mecánicos" y que ya no estaba operativo.
Funcionarios estadounidenses negaron que el helicóptero se estrellara o fuera derribado. Las imágenes muestran, que se cree que es el MH-60 Black Hawk, con pocas estructuras visibles del helicóptero.
Algunos informes dicen que el helicóptero, que transportaba fuerzas especiales estadounidenses al lugar de la operación, fue destruido por una combinación de cargas de demolición y municiones lanzadas desde un avión de combate F-16.
Los funcionarios estadounidenses se negaron a ofrecer detalles sobre el helicóptero cuando se les presionó, pero dijeron que la tripulación estaba a salvo.
La situación generó comparaciones con el ataque del 2 de mayo de 2011 en Abbottabad, Pakistán, que resultó en la muerte de Osama bin Laden.
Navy Seals llevó dos helicópteros Black Hawk modificados a Pakistán desde Afganistán. Cuando los helicópteros se acercaron al complejo donde vivía Bin Laden, uno de ellos experimentó una peligrosa condición de flujo de aire conocida como estado de anillo de vórtice.
Esto hizo que el helicóptero perdiera sustentación. Su cola rozó el alto muro del complejo, dañando su rotor, y cayó al patio. Los SEAL lo volaron al final del ataque y dejaron la cola en su lugar, un testimonio visible de su presencia allí.
Pero altos funcionarios del gobierno dijeron sobre el ataque del jueves que aunque uno de los helicópteros resultó dañado, logró despegar y aterrizar en otro lugar. Allí se consideró inutilizable y destruido.
“Hubo una situación en la que uno de nuestros helicópteros tuvo un problema mecánico, por lo que fue desechado adecuadamente a cierta distancia. No tuvo nada que ver con ningún tipo de acción hostil”, dijo el funcionario.
Pero el funcionario confirmó que algunos de los terroristas involucrados con uno de los helicópteros y las fuerzas estadounidenses los mataron, diciendo que al menos dos terroristas murieron.
Sin embargo, argumentaron que esto no tenía nada que ver con la destrucción del helicóptero.
"Se determinó que el uso posterior del helicóptero no era práctico y, de hecho, podría ser peligroso", dijo el jueves el portavoz del Pentágono, John Kirby, en su sesión informativa. Kirby agregó que el helicóptero sufría un "problema de motor que lo inutilizaba para futuros vuelos en la operación".
El ataque del jueves comenzó poco después de la medianoche, hora local, cuando helicópteros estadounidenses desplegaron fuerzas especiales estadounidenses en posición alrededor de una casa en Atmeh, una ciudad cerca de la frontera turca en la provincia siria de Idlib, informó el New York Times, citando a testigos presenciales. Informes de las redes sociales y el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, un monitor de conflictos con sede en Gran Bretaña.
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