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lunes, 23 de diciembre de 2019

El CEO de Boeing presentó su renuncia.


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La sombra del manejo de la crisis de los 737 MAX no ha dejado de crecer.

La grave crisis desatada en Boeing por los accidentes del modelo 737 MAX se ha cobrado la cabeza de su consejero delegado, Dennis Muilenburg. Criticado por la gestión de unos acontecimientos de por sí graves, en los que han perdido la vida 346 personas,

David L. Calhoun será el nuevo director ejecutivo y presidente de Boeing a partir del 13 de enero de 2020, luego que Dennis A. Muilenburg renunciara a su cargo esta mañana.

De acuerdo con la compañía, la Junta Directiva tomó la decisión “necesaria” para restaurar la confianza en Boeing, a medida que se trabaja para reparar las relaciones con los reguladores, los clientes y todos los demás interesados, en medio de una crisis por la puesta en tierra de sus aviones MAX desde marzo de este año.

Boeing hizo la siguiente declaración:

    Nuevo liderazgo para traer un compromiso renovado a la transparencia y una mejor comunicación con los reguladores y los clientes para devolver de forma segura el 737 MAX al servicio
Hasta que Calhoun llegue al puesto, Greg Smith, director financiero del fabricante, desempeñará el cargo de director. Asimismo informaron que Lawrence W. Kelner se convierte en el Presidente no ejecutivo de la Junta con efecto inmediato.

Para algunos analistas, Muilenburg realizó repetidamente proyecciones optimistas sobre la rapidez con la que el MAX regresaría al servicio, esta acción creó un caos para las aerolíneas las que han cancelado miles de vuelos y registrado pérdidas millonarias.

Actualmente, Boeing está en el proceso de recertificar sus aeronaves MAX con reguladores en Estados Unidos y el resto del mundo sin que exista una fecha prevista para que los aviones puedan retomar las operaciones comerciales.

En el tercer trimestre, últimos resultados publicados, los beneficios de hundieron un 53% y en el acumulado del año el desplome alcanza el 95%. El corte de la producción del 737 MAX puede ayudar a conservar efectivo, pero la sangría no se puede detener por completo, pues la compañía debe seguir destinando recursos a mantener la cadena de suministro y la capacidad de producción. Según los análisis de la consultora JP Morgan, Boeing necesita seguir consumiendo unos 1.000 millones mensuales por los costes derivado de la crisis.

"Esto es algo que hemos pedido y por lo que hemos estado luchando durante bastante tiempo", señaló a la agencia AP el familiar de una víctima, Ababu Amha, que perdió a su esposa, azafata de vuelo, en el accidente de Ethiopean Airlines, el segundo siniestro, que tuvo lugar el pasado marzo.

Muilenburg había renunciado previamente a la presidencia ejecutiva de la compañía, pero mantenía el cargo de primer ejecutivo mientras las acciones del grupo no dejaban de caer.



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